¿Escritores o estafadores?


Jerzy Kosinski fue un polaco de religión judía que, para no ser llevado al ghetto, cambió su nombre (Joseph Lewinkopf) y dijo ser católico. Desde niño aprendió a mentir. Se mudó a Estados Unidos y se nacionalizó. Después de recibirse en una universidad de prestigio como la de Columbia, fue profesor en Yale y Princenton. Un día decidió escribió libros. Escribió El pájaro pintado, una novela que parecía autobiográfica muy bien recibida por la crítica, Siguió con Pasos y llegó a Desde el jardín. Todo le iba bien. Hasta que lo denunciaron por plagio alevoso de Desde el jardín, que había escrito otro. Claro, no faltó mucho para que se supiera que era imposible hubiera escrito en un inglés tan perfecto El pájaro pintado porque lo hablaba bastante mal en ese tiempo. En fin, el tipo era un fraude completo. Lo descubrieron y se suicidó poniéndose en la cabeza una bolsa plástica. Algunos dicen que padecía un mal incurable. La verdad es que el tipo ya no tenía cara para presentarse en ninguna parte. 

Alex Haley aseguró que contaba su vida en Raíces, saga de africanos esclavizados y llevados a Estados Unidos. Él era descendiente de Kunta Kinte, que logró fama mundial por la miniserie que se hizo del libro. Presentando la miniserie, el propio Haley aparecía en los anuncios diciendo que esa era la vida de sus ancestros y la contaba tal como se la habían contado. Al descendiente de africano le hicieron un juicio por plagio de El Africano, una novela escrita por Harold Courlander. No es que se basó en algunos aspectos de esta novela, sino que, directamente, copió en forma textual páginas completas, incluso en forma minuciosa, sin cambiar una sola palabra, los capítulos 1 y 2 de El Africano. Haley fue otro de esos tipos que tienen la cara más dura que el mármol y en el alma el espíritu de estafador.

¿Alguien conoce a Henry Gauthier-Villars? Fue un escritor famoso en los principios del siglo 20. La fama como escritor se le acabó cuando se descubrió que era un tipo sin talento que contrataba escritores fantasmas para que le escribieran los libros. Siendo esto tan común, no sería muy digno de mención a no ser que usó a su propia esposa para que escribiera los libros que él firmaba. 

¿Y quién era la esposa? Una de las mujeres más famosas por sus novelas en las que abundan las descripciones precisas de los personajes y las situaciones, los romances y las relaciones sexuales. Varias de sus novelas produjeron escándalo en su época. Ella era Colette, una escritora sobresaliente y una adelantada (en su vida personal también) en todo lo que a sexo se refiere y del que habla con soltura, conocimiento y precisión. La fama de Colette perduró y el pobre de su marido fue con sus huesos y su efímera e inmerecida fama a ser comido por los gusanos.



por leticia jopre