Giannina Braschi y el spanglish

 


Giannina Braschi es un puertorriqueña que vive en Nueva York. O sea: tiene un pie estadounidense y otro boricua. Su obra tiene esa misma duplicidad. Y la muestra con solvencia y creatividad. Lo que resulta difícil es ubicarla como escritora latinoamericana o estadounidense. Ella misma expone esa duplicidad de identidad en YO-YO Boing! (1998) escrita en spanglish, español e inglés. Tremenda furia verbal para hablar de los hispanos-estadounidenses y de esa indefinición de Puerto Rico de ser una nación independiente, un semiestado, o una colonia. 

Con múltiples influencias, pero, sobre todo, con la evidente de James Joyce más las de Antonin Artaud, Alfred Jarry y, un poco menos, la de Stanislaw Witkiewicz, llegó a Estados Unidos de Banano, novela en inglés, en la que, con bastante de parodia, muestra el colapso estadounidense, el fin de la democracia y la idea de que todos los hombres son iguales. 

Braschi es una escritora que apareció rompiendo moldes. Mostró cómo, con legítimo talento, se puede escribir de una manera diferente. Su irrupción en las letras a mediados de los noventa pareció revolucionaria. Pero solo ella lo es. No influyó en nada Los escritores vivos, tan escasos de talento, siguen por donde siempre anduvieron: la mediocridad del lenguaje, los personajes y los temas remanidos (con alguna que otra excepción que confirma la regla). Es cierto: el talento es imposible de copiar.